Compartido por nuestra amiga
Karina Andrea Arancibia Andaur, Directora de Come más, come mejor
Periodista en Senado de la República de Chile
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Desde marzo de 2012, es decir, poco menos de dos años, se encuentra en el Congreso Nacional un proyecto de ley que propone que en cada establecimiento educacional -sea particular, mixto o público- exista un experto en nutrición (Boletín N° 8163-04), el que sería el encargado de dictar clases de alimentación y controlar el equilibrio de los menús que se consumen en estos recintos.
La idea es genial, pero a decir verdad sólo ha quedado en eso. Es fácil creer que cuando se publica la noticia "Presentan proyecto...", la ciudadanía crea que eso ya es ley y comienza a regir. Por eso, quiero explicar en simple el proceso legislativo y no nos hagamos falsas expectativas.
En este caso, los diputados Marcos Espinosa, Carlos Jarpa, Fernando Meza, José Pérez y Alberto Robles presentaron esta iniciativa en esa fecha pero desde ese día no se ha hecho nada. Por secretaría, entra un proyecto y de acuerdo a la materia es enviado a la comisión respectiva, por lo que en este caso fue remitido por la Comisión de Educación, Deportes y Recreación puesto que en sentido estricto se busca modificar la Ley General de Educación.
¿Por qué no se ha tramitado el proyecto?
Las razones pueden ser varias, pero lo más probable es que no se haya gestionado la urgencia, es decir, que ni desde el Gobierno ni de los diputados que lo presentaron ni la citada comisión hayan tenido interés en avanzar. Cuando alguien "mueve las cosas" se empiezan a tramitar. Ahora que comience a verse no significa que el camino sea expedito.
En general las propuestas tardan meses o años en transformarse en ley. ¿Cuándo la tramitación es rápida? Cuando un proyecto genera amplio consenso y no perjudica a ningún sector político (oficialismo y oposición), ni a grupos de poder (industrias). En este caso la idea podría ser interpretada positivamente por todos, salvo que los sostenedores educacionales vean alguna amenaza que un nutricionista ingrese al plantel.
En concreto, esta propuesta plantea dos cosas: dictar clases de nutrición y controlar los menús. Lo primero debería generar más consenso puesto que se ha insistido en la necesidad de educar a los menores en esta materia con el fin de reducir los índices de obesidad. Los profesores de biología deberían haber suplido esta necesidad pero dentro del programa del ramo no está aquello.
Lo segundo es harto más complejo puesto que al implementarse la llamada Jornada Escolar Completa el tema del almuerzo es distinto en cada colegio. Algunos cuentan con casino donde los menores se calientan la comida que traen de la casa, en otros el establecimiento ofrece menús comprados y en otros casos, existen cocinas donde se elaboran los almuerzos. Con este mix sería difícil controlar la calidad de la alimentación. Tal vez en el caso de los casinos se pueda corregir la minuta diaria para hacerla más hipocalórica, pero ¿en los otros casos?
No soy nutricionista, pero respeto muchísimo a la profesión y tengo varios amigos que sí lo son. Creo que lo mejor que pueden hacer como gremio es acercarse a estos diputados para pedir que esta propuesta se agilice, o en el mejor de los casos, elaborar junto a los parlamentarios una propuesta completa que los beneficie en varios temas pendientes.
Desde marzo de 2012, es decir, poco menos de dos años, se encuentra en el Congreso Nacional un proyecto de ley que propone que en cada establecimiento educacional -sea particular, mixto o público- exista un experto en nutrición (Boletín N° 8163-04), el que sería el encargado de dictar clases de alimentación y controlar el equilibrio de los menús que se consumen en estos recintos.
La idea es genial, pero a decir verdad sólo ha quedado en eso. Es fácil creer que cuando se publica la noticia "Presentan proyecto...", la ciudadanía crea que eso ya es ley y comienza a regir. Por eso, quiero explicar en simple el proceso legislativo y no nos hagamos falsas expectativas.
En este caso, los diputados Marcos Espinosa, Carlos Jarpa, Fernando Meza, José Pérez y Alberto Robles presentaron esta iniciativa en esa fecha pero desde ese día no se ha hecho nada. Por secretaría, entra un proyecto y de acuerdo a la materia es enviado a la comisión respectiva, por lo que en este caso fue remitido por la Comisión de Educación, Deportes y Recreación puesto que en sentido estricto se busca modificar la Ley General de Educación.
¿Por qué no se ha tramitado el proyecto?
Las razones pueden ser varias, pero lo más probable es que no se haya gestionado la urgencia, es decir, que ni desde el Gobierno ni de los diputados que lo presentaron ni la citada comisión hayan tenido interés en avanzar. Cuando alguien "mueve las cosas" se empiezan a tramitar. Ahora que comience a verse no significa que el camino sea expedito.
En general las propuestas tardan meses o años en transformarse en ley. ¿Cuándo la tramitación es rápida? Cuando un proyecto genera amplio consenso y no perjudica a ningún sector político (oficialismo y oposición), ni a grupos de poder (industrias). En este caso la idea podría ser interpretada positivamente por todos, salvo que los sostenedores educacionales vean alguna amenaza que un nutricionista ingrese al plantel.
En concreto, esta propuesta plantea dos cosas: dictar clases de nutrición y controlar los menús. Lo primero debería generar más consenso puesto que se ha insistido en la necesidad de educar a los menores en esta materia con el fin de reducir los índices de obesidad. Los profesores de biología deberían haber suplido esta necesidad pero dentro del programa del ramo no está aquello.
Lo segundo es harto más complejo puesto que al implementarse la llamada Jornada Escolar Completa el tema del almuerzo es distinto en cada colegio. Algunos cuentan con casino donde los menores se calientan la comida que traen de la casa, en otros el establecimiento ofrece menús comprados y en otros casos, existen cocinas donde se elaboran los almuerzos. Con este mix sería difícil controlar la calidad de la alimentación. Tal vez en el caso de los casinos se pueda corregir la minuta diaria para hacerla más hipocalórica, pero ¿en los otros casos?
No soy nutricionista, pero respeto muchísimo a la profesión y tengo varios amigos que sí lo son. Creo que lo mejor que pueden hacer como gremio es acercarse a estos diputados para pedir que esta propuesta se agilice, o en el mejor de los casos, elaborar junto a los parlamentarios una propuesta completa que los beneficie en varios temas pendientes.
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