#OnePaperAWeek5: Omega 3 y enfermedad de Alzheimer


Omega 3 y enfermedad de Alzheimer
Sr. Nta. Yonathan Rodríguez Caico

Introducción: en la siguiente revisión se establece una relación entre los ácidos grasos poliinsaturados Omega 3 y el Alzheimer, tanto de manera profiláctica y terapéutica, explicando que procesos se ven afectados, asociando los mismos a la actualidad, la cual se caracteriza por un aumento sostenido de adultos mayores y el incremento en la incidencia de adultos mayores diagnosticados con Alzheimer. Por lo tanto, se espera encontrar en la misma las causas de la enfermedad, el papel de los ácidos grasos Omega 3 en su tratamiento y de qué manera podría intervenir el profesional nutricionista tanto en la prevención y tratamiento del Alzheimer, así como en la promoción del consumo de Omega 3.

Omega 3.
            Los ácidos grasos Omega 3 son ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga y de origen marino, son esenciales puesto que nuestro organismo no cuenta con la maquinaria enzimática necesaria para sintetizarlos, siendo el más representativo el α-linolénico (18:3, ALN). El ALN es el precursor metabólico de los AGPICL de mayor tamaño de cadena (desde 20 átomos de carbono en adelante), siendo el ácido eicosapentaenoico (20:5 EPA) y el ácido docosahexaenoico (22:6, DHA) los más importantes.1
            El AGPI omega-3 esencial ácido alfa-linolénico (ALA) se encuentra en los vegetales, pero la conversión de ALA en sus metabolitos más activos (EPA y DHA) es muy baja. Por lo tanto las fuentes dietéticas directas de EPA y DHA son las algas y peces marinos de aguas profundas y frías, como se muestra en la siguiente:
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            Los AGPICL omega 3 cumplen un papel importante en la actividad del sistema nervioso central, en el desarrollo cognitivo, visual y auditivo, en la memoria relacionada con el aprendizaje y en la plasticidad y sinapsis neuronal.1
            Son considerados actualmente nutrientes determinantes en la prevención y el tratamiento de enfermedades cardiovasculares y recientemente se ha demostrado el beneficio de la suplementación con omega 3 en la prevención y/o retardo de la progresión de enfermedades neurodegenerativas y psiquiátricas.1
  
Enfermedad de Alzheimer.

            Para entender en la importancia de la enfermedad de Alzheimer se debe tomar en cuenta que forma parte del envejecimiento cognitivo, el cual puede ocurrir en un proceso normal de envejecimiento.
            El envejecimiento cognitivo se asocia al envejecimiento normal siendo este un deterioro gradual y progresivo de la función cognitiva, el cual puede variar, lo cual motiva la búsqueda de los factores ambientales modificables tales como la actividad física, la alimentación saludable y el apoyo social que intervenidos adecuadamente pueden ayudar a reducir el envejecimiento cognitivo. El estado cognitivo puede ser influenciado entre otros factores, por nutrientes específicos, entre los cuales destacan los derivados de los aceites marinos AGPICL omega-3, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), lo cual ha sido evaluado mediante pruebas de función cognitiva. La prueba para la  evaluación de la función cognitiva  más utilizada en todo el mundo ha sido la MMSE (Mini Examen de Estado Mental) por sus siglas en inglés, la cual se trata de una escala simple, de rápida implementación y puede ser administrada por otros profesionales de la salud además de médicos. Ha sido la herramienta utilizada en varios estudios referentes a función cognitiva y Alzheimer.3
            La enfermedad de Alzheimer es una demencia progresiva caracterizada por la pérdida de funciones sinápticas y de la capacidad de memorización del individuo y es una de las enfermedades neurodegenerativas que ha experimentado un aumento importante en las últimas 3 décadas particularmente en países occidentales.
            Se ha estimado que aproximadamente el 15% de la población que alrededor de 65 años es afectada por la EA. La prevalencia aumenta al doble cada 5 años sobre los 65 años y casi la mitad de la población > 95 años presenta síntomas relacionados a la enfermedad.1
            En la EA se encuentra un incremento el péptido b-amiloide, el cual es asociado por sus efectos neurotóxicos al daño el cual caracteriza al observado en  pacientes, su origen ocurre durante la degradación proteica espástica (alterada o incompleta) de la proteína precursora del péptido p-amiloide (PPA).1

Figura 1. Estructura del péptido b-amiloide.


Figura 2. Acción de proteína precursora del péptido b-amiloideo, luego de la cual se generan depósitos amiloideos que tienen un efecto neurotóxico sobre la plasticidad sináptica y la memoria.
            Además, una dieta equilibrada y la ingesta de nutrientes específicos se han asociado a un menor riesgo de desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad, entre ellas la enfermedad de Alzheimer.3
            El  ritmo de la investigación sobre el ámbito bioquímico y genético de la patogénesis del Alzheimer  es rápido y prometedor, por lo cual es probable que nuevos resultados de investigaciones permitan tratamientos con mejorada eficacia en el futuro.3

Relación entre Omega 3 y Alzheimer (Estudios)

            Estudios realizados en roedores por Ikemoto el al., los cuales fueron publicados durante el año 2001  han demostrado que una ingesta deficiente de AGPICL omega 3 produce pérdida de la memoria, dificultades en el aprendizaje y alteraciones cognitivas y de la agudeza visual4, y un estudio aleatorio realizado en el año 2005 demuestra que  la suplementación de la dieta con aceite marino de alto contenido en omega 3 revierte la totalidad de estas alteraciones en pacientes epilépticos.5
            En la EA se observa una disminución en la concentración plasmática de DHA, especialmente en el tejido cerebral. Además en un estudio del año 1994 de Guan y cols.,  ya se había podido demostrar que en distintas zonas del cerebro tales como lóbulo frontal, corteza occipital y temporal de pacientes con EA existía un claro déficit de AGPICL omega 3, especialmente de DHA y en menor grado de AA. Se ha demostrado que esta disminución específica de AGPICL omega 3 en las membranas plasmáticas mencionadas, es reemplazada por ácidos grasos saturados entre los que destacan el ácido mirístico (14:0), palmítico (16:0) y esteárico (18:0) y es probable que los cambios en la relación entre AGPICL omega 3 y omega 6 pudiesen modificar la función neuronal, especialmente a nivel de membranas, lo que a su vez podría resultar en diferencias neurológicas, lo cual no está claro y tampoco es posible establecer si este hecho sea patognomónico de EA, además cabe destacar que la disminución de DHA a nivel plasmático no es exclusivo de la EA, siendo también común en el deterioro cognitivo que se observa en el envejecimiento.3
            Además se sugiere que las alteraciones en la relación de ácidos grasos observados en pacientes con EA podrían ser causadas por una falla en el sistema de transporte de AGPICL al cerebro.
            Las principales fuentes dietéticas de EPA y DHA son los pescados y el aceite de pescado marino, y varios estudios han revelado una relación positiva ente un mayor consumo de pescado y el retraso de la disminución de la función cognitiva y del riesgo de enfermedad de Alzheimer. Lo cual se puede observar en la siguiente tabla. 6, 7, 8, 9,10, 11, 12, 13.

            El cerebro es rico en ácidos grasos, por lo cual se han sugerido distintos mecanismos para explicar el posible papel protector de los AGPICL omega-3, especialmente el DHA el cual es el principal componente de los fosfolípidos de las membranas celulares en  el cerebro, y en concentración  adecuada ayuda a mantener la integridad de las membranas cerebrales y la función neuronal, también puede reducir la producción de péptido b-amiloide, proteína expresada en las neuronas, músculo liso de la pared vascular y plaquetas y se cree está involucrado en el desarrollo de demencia y por tanto de la enfermedad de Alzheimer. Cabe destacar que el DHA aumenta los niveles de factor neutrófico, el cual es una proteína endógena que regula la supervivencia neuronal y la plasticidad sináptica del sistema nervioso periférico y central, reduciendo la neuroinflamación y daño oxidativo que contribuye a la perdida sináptica y disfunción neuronal en la demencia.14
            En la siguiente tabla se muestra la asociación entre la ingesta de ácidos grasos omega 3 y la mejora de la función cognitiva en adultos mayores.15, 16, 17, 18.

            Un estudio piloto evaluó el efecto de la suplementación de etil EPA (E-EPA), un derivado sintético de EPA, el cual fue utilizado para verificar las alteraciones de la cognición en pacientes mayores de 65 años con el diagnóstico de EA leve a moderada, evaluados mediantes el test de MMSE. Cada paciente fue evaluado inicialmente, durante 12 semanas sin tratamiento y luego 12 semanas con tratamiento con E-EPA con dosis de 500 mg dos veces al día. Sin embargo, los resultados obtenidos mediante el test de MMSE no fueron significativos, por lo cual se concluyó que tal vez sea necesario un período de suplementación más largo para encontrar resultados más consistentes y de mayor eficacia de E-EPA en la evolución de la EA.19                             
            Tampoco se encontró un efecto significativo en la reducción del deterioro cognitivo en un estudio aleatorio de 174 pacientes con EA moderada a severa en el cual se administraron suplementos diarios de DHA (1,7 g) y EPA (0,6 g) o placebo (1 g de aceite de maíz, incluyendo 0,6 g de ácido linoleico) en una primera fase por 6 meses y los seis meses siguientes administrando AGPICL omega-3 a todos los pacientes los cuales fueron evaluados con MMSE. Aun así se en la segunda etapa del estudio en un subgrupo de 32 pacientes con EA leve se mostró un efecto significativo y positivo de la suplementación de omega 3 en el deterioro cognitivo.20.
            Un estudio japonés asoció el uso de ácido araquidónico (AA) de la familia omega-6 y DHA en 39 pacientes con diversas afecciones cognitivas propias del envejecimiento, entre ellas la enfermedad de Alzheimer. Prueba la cual fue evaluada con la versión japonesa dele estado neuropsicológico (RBANS) en dos etapas: antes y 90 días después de la administración de suplementos de 240 mg/día de DHA y AA o placebo (240 mg/día de aceite de oliva). No encontrándose resultados que indiquen una mejora específica en la EA, aunque se sugiere que la suplementación de DHA y AA puede mejorar la disfunción cognitiva relacionada con daño cerebral orgánico o de envejecimiento.21.
            Se estudió el efecto aislado de suplementos de omega-3 DHA en la enfermedad de Alzheimer aplicando la escala MMSE en un estudio aleatorizado, doble ciego y controlado que evaluó la administración de 2g de DHA en comparación a placebo en 295 pacientes con EA leve a moderada durante 18 meses, lo cual no mostró una mejoría significativa en la escala del deterioro cognitivo.22.
            Se realizó un estudio en pacientes ancianos sin enfermedad de Alzheimer pero con falta de memoria subjetiva, en los cuales se evaluó la administración de EPA y DHA en combinación con fosfatidilserina (fosfolípido implicado en la señalización transmembrana de las neuronas del sistema nervioso central y mejora el metabolismo cerebral durante el envejecimiento) administrándose 300 mg de fosfatidilserina y 37,5 mg de EPA y DHA al día durante seis semanas a ocho voluntarios. Después de 3 semanas de suplementación se observó una mejora significativa en la capacidad de recordar palabras y disminución de la pérdida de memoria inmediata.23.

            Un estudio con 485 participantes, doble ciego, controlado con placebo se realizó en los Estados Unidos de América, a personas sanas con una media de 55 años y quejándose de pérdida de memoria subjetiva. Utilizándose un grupo experimental suplementado con DHA (900 mg/día) y un grupo placebo, con 50%  de aceite de soja durante 24 semanas. El grupo suplementado mostró aumento significativo de los niveles de DHA plasmático y efecto positivo en reducir la pérdida gradual de memoria.24.
            Los AGPICL omega-3 son candidatos potenciales para reducir desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, debido a que los pacientes con EA presentaron bajos niveles de DHA en el plasma y tejido cerebral.25.
            En un estudio que evaluó la evolución neurológica y análisis plasmático de DHA durante 3 años, se encontró que los niveles altos de DHA se asociaron a una reducción del 60% del riesgo de desarrollar EA, mientras que una alta ingesta de DHA en la dieta mostró reducción del 70% de desarrollar EA.13
            Otro punto implicado en la progresión de la enfermedad de Alzheimer es el estrés oxidativo, por lo cual el uso combinado de ácidos grasos omega-3 y otros nutrientes con poder antioxidante y antiinflamatorio se sugieren como terapia alternativa. Debido a que en un estudio aleatorizado, doble ciego, controlado por placebo evaluó la eficacia de la combinación de AGPICL omega-3 con ácido a-lipoico (AL), el cual se encuentra de forma natural en la mitocondria y es un potente antioxidante. Se administró una formulación aislada de 675 mg de DHA y 975 mg de EPA; y una fórmula combinada de AGPI omega-3 con 600 mg de AL y el placebo (aceite de soja). Lo cual entregó como resultado un aumento en la concentración de EPA y DHA a los 6 y 12 meses de suplementación en el grupo de pacientes que recibieron tal tratamiento y una mejora significativa en la respuesta MMSE (p<=0,01) y actividades instrumentales de la vida diaria (p=0,01). Si bien el grupo representado fue pequeño, la suplementación combinada de AGPICL omega 3 y ácido lipoico en el tratamiento del Alzheimer es prometedora.26, 27, 28
            Se observó mediante un estudio de 86 adultos mayores sin diagnóstico de demencia y monitoreado durante 4 años que por cada 100ug/ml de EPA y DHA en plasma se tradujo en menos alteraciones cognitivas productos de la edad. Por lo tanto quienes realizaron tal estudio concluyeron en que la concentración plasmática de omega-3 puede retardar el deterioro cognitivo en el envejecimiento. 29.
            En una revisión publicada el año 2014 por el Depto de Gatroenterología de la Universidad de Sao Paulo, Brasil en la cual se realizó una búsqueda de distintos estudios epidemiológicos y clínicos en relación al deteriorio cognitivo, enfernedad de Alzheimer, ácidos grasos omega-3, EPA y DHA se demostró que se necesitan más estudios para comprender el mecanismo de la acción de los ácidos grasos omega-3 sobre la cognición y que el la suplementación con EPA y DHA en la dieta debe ser explorada de acuerdo a dosis y composición de las formas de administración de las mismas.30.
Discusión: De acuerdo a los diferentes estudios que se han publicado y resultados de los mismos, se puede observar que si bien los ácidos grasos omega-3 están relacionados a la función cognitiva como nutriente crítico no se demuestra que este tenga efectividad frente a la enfermedad de Alzheimer diagnosticada, pero si puede retardar los efectos del envejecimiento cognitivo y pérdida de memoria subjetiva en adultos y adultos mayores sin el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, se demostró efectividad en un pequeño grupo de pacientes en el cual se asoció a los ácidos grasos omega-3 con un suplemento de ácido lipoico, lo cual mejoró la respuesta al MMSE. Por lo tanto, se hacen necesarios más estudios con resultados concluyentes para poder determinan los efectos de los ácidos grasos omega-3 en la prevención y tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

Conclusiones.

            Se necesitan más estudios en cuanto al mecanismo y efectividad de los ácidos grasos omega 3 en la prevención y tratamiento del Alzheimer, debido a que la mayoría de estudios actuales no entregan resultados concluyentes al respecto.
            Se han podido ver indicios de tratamientos que se deben seguir estudiando donde se asocia el suplemento de ácidos grasos omega-3 junto a otros nutrientes con claro poder antioxidante y función celular.
            Se precisa de un pesquisa acuciosa y precoz de los pacientes que presenten síntomas asociados a la enfermedad de Alzheimer para contribuir al retardo del progreso de la enfermedad.


Referencias Bibliográficas

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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Buenas noches, el contenido de EPA y DHA del Jurel tampoco es despreciable, me extraña que no aparezca en el análisis y cabe destacar que gran parte de la poblacion menosprecia el valor nutricional de este alimento debido a la creencia popular de que por ser un alimento entre comillas económico es de mala calidad y/o pobre nutricionalmente hablando.
Joyce Hillary ha dicho que…
Todo gracias a este gran doctor a base de hierbas que me curó de (ENFERMEDAD DEL LUPUS) su nombre es dr imoloa. Sufrí enfermedad de lupus durante más de 8 años con dolores como: articulaciones, erupción cutánea, dolor en el pecho, hinchazón de las articulaciones y muchos más. Los medicamentos antiinflamatorios no pudieron curarme, hasta que leí sobre su recomendación. Hace 2 meses, lo contacté a través de su dirección de correo electrónico. drimolaherbalmademedicine@gmail.com. y me envió el tratamiento a base de hierbas a través del servicio de mensajería de DHL y me instruyó sobre cómo beberlo durante dos semanas. después de eso, y me confirmaron que estaba curado y libre en el hospital después de tomar sus poderosos medicamentos a base de hierbas. Usted también puede curarse si está interesado, él también usa su poderosa medicina curativa a base de hierbas para curar enfermedades como: enfermedad de Parkison, cáncer vaginal, epilepsia, Trastornos de ansiedad, enfermedad autoinmune, dolor de espalda, esguince de espalda, trastorno bipolar, tumor cerebral, maligno, bruxismo, bulimia, enfermedad del disco cervical, enfermedad cardiovascular, neoplasias, enfermedad respiratoria crónica, trastorno mental y conductual, fibrosis quística, hipertensión, diabetes, asma , Artritis inflamatoria autoinmune mediada. enfermedad renal crónica, enfermedad inflamatoria de las articulaciones, dolor de espalda, impotencia, espectro de alcohol feta, trastorno distímico, eccema, cáncer de piel, tuberculosis, síndrome de fatiga crónica, estreñimiento, enfermedad inflamatoria intestinal, cáncer de huesos, cáncer de pulmón, úlcera bucal, cáncer de boca, cuerpo dolor, fiebre, hepatitis ABC, sífilis, diarrea, VIH / SIDA, enfermedad de Huntington, acné de espalda, insuficiencia renal crónica, enfermedad de Addison, dolor crónico, enfermedad de Crohn, fibrosis quística, fibromialgia, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad fúngica de las uñas, enfermedad de Lyme, Enfermedad de Celia, Linfoma, Depresión mayor, Melanoma maligno, Mania, Melorheostosis, Enfermedad de Meniere, Mucopolisacaridosis, Esclerosis múltiple, Distrofia muscular, Artritis reumatoide, Enfermedad de Alzheimer Póngase en contacto con él hoy y obtenga una cura permanente. contactarlo a través de ... email- drimolaherbalmademedicine@gmail.com / whatssapp- + 2347081986098.